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Basura y Desigualdad: ¿Cómo los Desechos de Surinam Afectan a Nuestras Comunidades Más Vulnerables?

Aquí en Surinam, la basura es un tema del que todos hemos hablado. ¿Quién no ha visto una bolsa plástica flotando en el Suriname Rivier, o un montón de desechos en una cuneta en el camino a casa? Pero, ¿alguna vez pensamos en cómo esa basura está conectada con algo mucho más grande: la desigualdad y la justicia climática?


La Realidad de Nuestros Desechos: Más Allá de lo que Vemos

Es una cruda realidad: Surinam, como muchos países en desarrollo, enfrenta un gran desafío con la gestión de residuos. No es solo la basura que llega al vertedero de Ornamibo; es la que no llega, la que termina en nuestros distritos, en nuestras calles, o lo que es peor, en nuestros ríos y manglares. Esta basura no solo afea el paisaje, sino que es un síntoma de un problema más profundo.

Piensen en esto:

  • Los vertederos a cielo abierto: Lugares como Ornamibo, aunque necesarios, generan metano, un gas de efecto invernadero mucho más potente que el dióxido de carbono. Este metano contribuye directamente al cambio climático, calentando nuestro planeta. Y, ¿quién vive cerca de estos vertederos? A menudo, las comunidades con menos recursos, que sufren la contaminación del aire y del agua de forma desproporcionada.
  • Basura en nuestras comunidades: Cuando no hay un sistema de recolección eficiente o accesible para todos, la basura se acumula. Esto no solo crea olores y atrae plagas, sino que puede contaminar el agua potable y aumentar el riesgo de enfermedades, afectando especialmente a los niños.
  • Plásticos en nuestros ríos y océanos: Las botellas, bolsas y envases que terminan en nuestros hermosos ríos no desaparecen. Viajan, se descomponen en microplásticos y dañan nuestra vida marina. Esto afecta directamente a las comunidades pesqueras y a nuestra rica biodiversidad, poniendo en riesgo no solo la naturaleza sino también el sustento de muchas familias.

La Conexión Innegable con la Justicia Climática

La mala gestión de la basura no es solo un problema ambiental; es un problema de justicia social. Las comunidades que ya son vulnerables —aquellas con menos acceso a servicios de salud, educación o saneamiento— son las que más sufren las consecuencias de la contaminación por desechos.

Imaginemos un escenario:

Una familia en un pueblo costero, donde la pesca es su vida. La basura arrastrada por el río se acumula en sus playas, espantando a los peces y contaminando el agua. Sus hijos, que juegan cerca, pueden enfermarse. Al mismo tiempo, las emisiones del vertedero contribuyen al cambio climático, elevando el nivel del mar y amenazando sus hogares. Todo esto, mientras las empresas y consumidores en otras partes del mundo (y también aquí, en nuestras ciudades) siguen generando una cantidad desproporcionada de residuos. ¿Es justo que esta familia pague el precio más alto?


Midiendo Nuestra “Huella de Basura”: ¿De Dónde Viene lo que Tiramos?

Es fácil culpar a “otros” o al “gobierno”, pero como jóvenes y padres, es crucial que miremos nuestra propia “huella de basura”. ¿Cuántos plásticos de un solo uso compramos cada semana? ¿Separamos nuestros residuos en casa? ¿Reflexionamos sobre el origen de los productos que consumimos? Gran parte de la basura que termina contaminando Surinam es el resultado de nuestras decisiones diarias de consumo. Los productos importados, a menudo con empaques excesivos, se suman al desafío de los desechos en nuestro país.

Nuestra opinión es que somos parte del problema, pero eso nos empodera para ser parte de la solución.


Propuestas de Cambio: Un Esfuerzo de Todos

Para abordar este problema, necesitamos un enfoque multifacético donde cada actor cumpla su rol:

  • Rol del Gobierno: Necesitamos políticas claras y ambiciosas para la gestión integral de residuos. Esto incluye mejorar los sistemas de recolección, crear más centros de reciclaje accesibles en todos los distritos, invertir en tecnologías de tratamiento de residuos que generen menos impacto y, crucialmente, implementar regulaciones más estrictas para las empresas que producen excesivos empaques plásticos.
  • Rol de las Empresas: Las empresas deben asumir su responsabilidad extendida del productor. Deben innovar para reducir el empaque, ofrecer alternativas reutilizables y financiar la recolección y el reciclaje de sus propios productos. Un buen ejemplo sería un sistema de depósito y retorno para botellas plásticas.
  • Nuestra Responsabilidad Individual y Familiar: Aquí es donde tú y tu familia entran en juego:
    • Reduce: La mejor basura es la que no se genera. Compra menos cosas innecesarias, elige productos con menos empaque, lleva tu propia bolsa reutilizable al mercado.
    • Reutiliza: Da una segunda vida a las cosas. Las botellas de vidrio, los frascos, las bolsas. La creatividad es clave.
    • Recicla: Si tu comunidad tiene un sistema de reciclaje, úsalo. Si no, presiona para que se implemente. Separa tus residuos en casa.
    • Composta: Si es posible, los restos orgánicos de alimentos y jardín pueden convertirse en abono, reduciendo significativamente la cantidad de basura que va al vertedero.

La basura y la desigualdad están entrelazadas. Reconocer esta conexión nos impulsa a buscar soluciones que no solo limpien nuestras calles, sino que también promuevan la equidad y la justicia para todas las comunidades de Surinam.

Como jóvenes y padres, ¿qué responsabilidades tenemos en la gestión de nuestros desechos? ¿Qué pequeña acción puedes implementar hoy mismo en tu hogar o comunidad en Meerzorg, Paramaribo, o donde quiera que estés en Surinam, para reducir tu “huella de basura” y contribuir a un futuro más justo?